lunes, 21 de marzo de 2011

PASAJES DE LA HOMILÍA DEL P. JULIO PARA ESTE SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA


La lecturas de esta Cuaresma tienen un marcado tinte bautismal. El domingo pasado, jesús vencía las tentaciones del demonio. Hoy es Dios mismo quien nos llama a seguir a Cristo.

Para ello es de vital importancia la escucha de la Palabra; y esa Palabra hoy se transfigura ante nosotros para mostrarnos la meta hacia la que debemos apuntar, el destino de salvación al que estamos llamados. Pero antes de alcanzar la Gloria es condición pasar por la pasión y la cruz. Ese mismo rostro de gloria, es también el rostro del dolor y del sufrimiento.



Los cristianos debemos buscar el rostro de nuestro Dios. Un rostro resplandeciente que podemos descubrir precisamente en el rostro de nuestros hermanos que sufren. Dios se manifiesta en el rostro de nuestros hermanos. Pero al mismo tiempo debemos ser capaces de que, en nuestro rostro, mis hermanos puedan encontrar a Dios. En la medida que Dios resplandezca en mí, los hermanos podrán hacer una experencia fuerte de encuentro con el Señor.



La participación en la mesa de la Eucaristía debe ser para nosotros ese toque de Jesús que nos haga levantar nuestro rostro y moestrarlo a Él.

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